viernes, 27 de febrero de 2015

Elementos básicos para el cultivo

Luz, agua, aire, tierra y temperatura. Esenciales para el cultivo


Las plantas son seres vivos autótrofos, esto significa que son capaces de fabricar sus propios alimentos. La energía que necesitan la obtienen del sol a través de la fotosíntesis. Además absorben del suelo el agua y los nutrientes que necesitan para vivir y crecer.

Cada planta pertenece a un hábitat, por ello tienen necesidades diferentes. Cuando se adopta una planta para integrarla al hogar, debes informarte sobre sus necesidades para poder emular su hábitat. Aunque en general todas requieren de ciertos niveles de elementos básicos y esenciales para su cultivo. Los elementos básicos para el cultivo de plantas son luz, tierra, agua, aire y temperatura adecuada.

Luz
Es básica para que las plantas lleven a cabo la fotosíntesis. Sea luz natural o artificial, es imprescindible para la vida y el crecimiento.
La intensidad de la luz requerida varía según la especie. Algunas plantas crecen mejor en zonas sombrías o con poca luz, mientras que otras necesitan sol directo o luz de alta intensidad para desarrollarse fuertes y sanas.
Si la luz es escasa, las plantas se estiran provocando que los tallos se alarguen y tomen un color verde pálido. Si la luz es demasiado fuerte, la planta puede presentar quemaduras y formas extrañas en las hojas, rizándose o retorciéndose. La falta de luz influye negativamente en el crecimiento. Y más todavía en la floración o fructificación, que es cuando más luz necesitan las plantas. Es vital que reciban horas de luz cada día.



cultivo-jardineria

 Tierra 

El suelo, sea tierra o sustrato, es donde se desarrollan las raíces que permiten el anclaje de la planta al suelo. Por ellas absorben el agua y nutrientes necesarios para elaborar sus alimentos. Los suelos pueden ser arcillosos, arenosos, calizos, pedregosos, o bien una mezcla de varios tipos. No todos los suelos valen para todos los cultivos.

Para el cultivo en maceta la mezcla ideal es la que retiene humedad y nutrientes, y permite una buena respiración de las raíces. Es decir, que conserve una buena relación agua-oxígeno.Una buena mezcla para el cultivo casero en maceta o en suelo es la contiene un sustrato esponjoso, que no se compacte demasiado. Una mezcla de turba, perlita y humus o cualquier fertilizante orgánico, nos asegura una buena proporción de elementos básicos.

Hay sistemas de cultivo sin suelo, como la hidroponía o la aeroponía. En la hidroponía se cultiva en agua y disoluciones de minerales en lugar de suelo. Y en la aeroponía se sustituye el suelo por un entorno aéreo. Cada sistema tiene sus ventajas y problemática.

Agua

El agua, H2O, está formada por 2 átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Es fundamental para todos los seres vivos. Las plantas la absorben por las raíces, y debe suministrarse con regularidad. Intentando mantener un equilibrio de humedad, ni demasiada humedad ni demasiada poca.

Es importante regar de manera adecuada, evitando saturar el sustrato. Un exceso de riego deja las raíces sin oxígeno, y puede llegar a pudrirlas. Esto ocasiona varios problemas en el cultivo, llegando incluso a matar nuestras plantas. La mejor manera de regar es dejando que respire el sustrato, dejando un tiempo seco entre riegos. La cantidad de agua depende varios factores.Algunos a tener en cuenta son tipo de planta, tamaño de la planta, temperatura y tamaño del contenedor, entre otros.

Una manera fiable para saber cuando regar, si tenemos las plantas en macetas, es por el peso. Levantando la maceta nos podemos hacer una idea de cuanta agua tiene. Cuando el peso se reduce a la mitad, de lo que pesaba recién regada, es hora de volver a regar. Cuando la planta está en tierra, en huerto o en un jardín, el riego suele hacerse más abundante y más espaciado que en maceta. Aunque a medida que van creciendo y estirando sus raíces, podemos ir aumentando el espacio entre riegos. Las necesidades hídricas de la planta o arbusto o árbol aumentan a medida que crece y cuando las temperaturas aumentan el consume de agua aumenta también. Esto puede verse claramente cuando se cultiva en exterior y empiezan a subir las temperaturas. Tanto si cultivas en maceta o en tierra, lo mejor es observar a la planta. Cuando las hojas se ponen un poco caídas en las zonas altas es que el agua comienza a faltar.


 Aire

Las plantas como seres vivos que son necesitan aire para vivir. En el caso de las plantas que están en exterior en balcones o terrazas, o donde sea al aire libre, están en un lugar ideal en cuanto al aire se refiere. Son las plantas de interior las que pueden llegar a acusar escasez de aire. Si se diera el caso la planta presenta síntomas parecidos a la falta de agua. Las hojas estarían flácidas, caídas y toda la planta tendría un aspecto enfermizo. Esto se soluciona poniendo la planta en el exterior o abriendo una ventana. Las plantas necesitan siempre de dióxido de carbono, CO2 para producir oxígeno. Esto es básicamente lo que sucede con la respiración de las plantas. En resumen, producen oxígeno y purifican el aire, dos beneficios añadidos para cultivar.

  Temperatura adecuada

Las temperaturas más adecuadas para el cultivo son las temperaturas entre 15º y 25º para la mayoría de las plantas. La temperatura del agua es aconsejable que sea aproximada a la de las plantas, por eso entre otras cosas no es recomendable regar a las horas que hace más calor. Entre 18º y 20º es una temperatura óptima para el riego, para el sustrato y la vida de los microorganismos que contenga.


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