Como hacer esquejes y multiplicar tus plantas

Consejos de jardinería para hacer esquejes y multiplicar tus plantas favoritas

Con esta breve guía puedes cultivar clones de tus plantas favoritas y multiplicar tus plantas. Y si todo va bien, tu cosecha y tu producción fácilmente. Un esqueje es una nueva planta creada a partir de otra existente. Una planta que tiene exactamente las mismas características que la planta de la que extrae. De hecho es la misma planta por eso se llaman también clones. La teoría es simple. Creamos nuevas plantas a partir de plantas existentes. La práctica es igual de simple, pero requiere de algunos conocimientos de jardinería para conseguir tener éxito. Existen distintos tipos de esquejes y distintas formas de hacerlos. Como en otros apartados de jardinería básica y cultivo casero, el método que explico es un sistema para conseguir clones o esquejes de la mayoría de las plantas, en términos generales.

Cómo hacer esquejes

Seleccionamos una planta madre que nos guste por el motivo que sea. La llamada planta madre, es la que se utiliza para hacer esquejes, debe reunir dos requisitos indispensables. El primero es que debe estar sana. Libre de plagas, enfermedades y hongos. Y el segundo, no debe estar en floración. Las plantas en floración alteran su sistema hormonal de modo que se hace muchísimo más difícil conseguir que enraícen los esquejes extraídos en ese momento.

Una vez tenemos la planta madre elegida, sana y en periodo vegetativo. Podemos empezar con los preparativos para cortar esquejes de la misma.  La preparación es algo tan sencillo como bajar la dosis de nitrógeno que estemos dándole habitualmente o más simple aún, regar solo con agua antes de realizar los cortes. 

Es importante que la planta madre esté bien hidratada. Esto quiere decir que no es mala idea regarla un día o unas horas antes de sacar los esquejes. Ya estamos preparados para la multiplicar las plantas que queramos.

Primero.Escoger la planta madre y bajar la dosis de nitrógeno o bien pasar a regarla solo con agua los días previos.

Segundo. Realizar los cortes y ponerlos en agua. Es recomendable ponerlos en agua y a oscuras. 24 horas es suficiente. Una vez cortados empezamos nuestra lucha contra la deshidratación de las futuras plantas. Después de 24 horas podemos empezar a hacer los esquejes, para ello nos servimos de un bisturí, un cuchillo o algo afilado y limpio, esterilizado mejor que mejor.

Tercero. Realizamos un corte con un ángulo de 45º, esto facilita la inserción del esqueje en el medio de cultivo elegido. Es bastante habitual utilizar cubos de lana de roca, o jiffys de turba, sustrato light o bajo en nutrientes también es válido. 

Tanto en el caso de la lana roca como en el de los jiffys es de gran ayuda tenerlos preparados antes, poniéndolos de remojo en agua, con un pH de 5.5 a 6.0 puede ayudar bastante. La EC debe ser lo más baja posible, siendo 0.0 el valor ideal. Después de todo ¿Para qué utilizar un medio abonado si la planta no tiene raíces? Además una EC alta hace más lento y difícil el proceso de enraizamiento.

Antes de introducir el esqueje en el medio previamente cortado es recomendable utilizar algún tipo de hormona de enraizamiento. En el mercado hay varios productos aptos para ello, desde polvos de enraizamiento hasta gel. El gel es el mejor sistema pues tiene ventajas sobre los polvos, entre otras, una distribución homogénea y no se disuelve en agua.

Cuarto. Se aplica una ligera capa de hormona de enraizamiento sobre la parte que irá bajo tierra, o enterrada en donde la pongamos. Antes de eso, podemos levantar una fina capa de la cubierta del tallo, esto facilita la absorción de la hormona de enraizamiento y la posterior aparición de las raíces. Para aplicar la hormona de enraizamiento podemos ayudarnos con un pincel. No introducimos el pincel en el bote de hormonas, apartamos una cantidad para utilizar y tapamos el bote.

Si los esquejes o clones tienen las hojas demasiado grandes en comparación con el tallo y tamaño de la planta podemos cortar las hojas por la mitad, esto evita que la planta se deshidrate y muera durante el proceso de enraizado. Cortando las hojas reducimos considerablemente la transpiración de las plantas y la pérdida de humedad que conlleva.

Después de preparar los clones lo más importante es mantener la humedad relativa del ambiente, lo más alta posible, en 80% o por encima a ser posible. Esto podemos conseguirlo fácilmente utilizando un invernadero. Por invernadero se entiende algo que preserve la humedad, que evite brisa o corrientes de aire y permita el paso de la luz. Podemos usar alguno comprado o podemos fabricarlo nosotros mismos. Una botella de agua de 5l de plástico transparente sin la base, puede ser un invernadero perfecto. Cuando queramos hacer la prueba de reducir la humedad basta con sacar el tapón. Y cuando estén listos, sacamos la botella.

En unos días si todo va bien, tendremos nuevas plantas idénticas a la planta original en cuanto a sus características genéticas. Durante el proceso de enraizado es conveniente abrir un par de veces al día el invernadero para renovar el aire y evitar la excesiva condensación dentro. Este proceso de aireación de los clones debe ir en aumento en los días posteriores, una adaptación gradual a ambientes menos húmedos es lo mejor. 

Debemos estar atentos por si los esquejes decaen al permitir la entrada de aire en el invernadero o una vez los sacamos de él. Si esto sucede es que es demasiado pronto para la exposición al aire y a la humedad ambiental existente. La solución es muy fácil, volver a meterlos en el invernadero y darles más tiempo. Pasados 2 ó 3 días podemos volver a probar. Los tiempos de enraízamiento son muy distintos de unas plantas a otras, influyen muchos factores. Desde el tipo de planta, la genética, el método empleado para hacerlos, a  las condiciones ambientales y también si hemos aplicado hormona de enraizamiento o no.

También es posible conseguir esquejes utilizando solo agua. Los pasos son los mismos solo que se mantienen en agua hasta que vemos la aparición de las primeras raíces. Aunque todo sea dicho, el porcentaje de éxito es mucho menor utilizando solo agua. Además de volverse más largo el proceso de enraizamiento.

Resumiendo, hidratar la planta madre y no abonarla en los días previos a la extracción de esquejes. Una vez cortados meterlos en agua, dejarlos en agua y a oscuras de 24 a 48 horas. Hacer un raspado en el tallo del esqueje levantando una fina capa de corteza. El corte de la planta madre mejor a 45 grados que recto, cerca del nudo. El esqueje debería tener al menos 3 nudos, 1 de los cuales podemos enterrar 1 nudo bajo tierra. En esa parte en donde hemos retirado la corteza, aplicamos hormona de enraizamiento. Introducimos los esquejes en el medio de cultivo y los guardamos en un invernadero manteniendo la humedad alta. Pasados unos días vamos permitiendo progresivamente la entrada de aire y así hasta sacarlos del invernadero.

Un invernadero como tal puede ser cualquier cosa que permita el paso de la luz pero no del aire. Hay invernaderos comerciales preparados para este fin, los más sencillos más económicos y los más sofisticados algo más caros que incluyen manta térmica o calefacción. Algo de calor en la zona de las raíces facilita la aparición de raíces y el cambio hormonal en la planta. La luz no debe ser fuerte y nunca luz del sol directa. La luz de un fluorescente o bombilla de bajo consumo es suficiente. También nos puede valer ponerlos de alguna ventana, siempre y cuando no le de él el sol directamente. Como puede verse el proceso en cuanto a parámetros es muy similar al del germinado de semillas, es un renacimiento de una planta, en cierto modo, por eso coinciden los parámetros con la germinación de semillas.