sábado, 21 de marzo de 2015

Como germinar semillas

Como germinar semillas y empezar el cultivo


Antes de ver como germinar semillas es importante comprender que factores intervienen en la germinación de semillas y cuales son las mejores condiciones para lograrlo. La germinación es el paso de una semilla en estado latente a uno activo, proceso que da lugar al nacimiento de una planta.


El proceso en sí es bastante simple con las características ambientales adecuadas. El primer paso debe ser la humectación de la semilla. Al ponerla en agua o en un ambiente húmedo, la semilla empieza a absorber agua a través de la corteza seminal, es decir de la cubierta o cáscara. Esto conlleva un aumento de volumen que a su vez permite que se rompa la cubierta que la protege y emerja una pequeña raíz que es la encargada de comenzar el asentamiento de la futura planta en la tierra o en el medio que la tengamos. Esto permite que se empiece a desarrollar la raíz y posteriormente el tallo o brote inicial.



La rapidez del proceso depende de varios factores entre los principales están, la edad y viabilidad de la semilla, la humedad y la temperatura. La viabilidad de la semilla representa el poder germinativo de la misma, está directamente relacionada con la edad y su estado de conservación. En general puede decirse que cuanto más tiempo tenga la semilla, menos viabilidad. Aunque en condiciones adecuadas de almacenamiento pueden mantenerse viables varios años, incluso décadas. 


La humedad es el factor más importante en la germinación, pues sin humedad no es posible, aunque el resto de parámetros sean correctos. 


La temperatura es el activador de la germinación junto con la humedad. Con la temperatura adecuada los procesos internos se aceleran, dando lugar a germinaciones rápidas y sin problemas. Resumiendo el proceso estos tres parámetros son los más importantes para conseguir que las semillas prendan y empiece la vida en su interior.



Para conseguir la activación de las semillas, es decir, que germinen y que estas pasen a ser pequeñas plantas, conocidas con el nombre de plántulas, podemos usar varios métodos de conseguirlo. Los tiempos son orientativos pues dependen de muchas variables como el tipo de planta, la genética, la temperatura, la humedad relativa, la viabilidad y el vigor de la semilla entre otros.








Fase 1. Solo agua. De 8 a 48 horas.

El primer destino de la semilla puede ser un vaso o cualquier otro recipiente con agua.  Se vierten las semillas en el agua y les damos algo tiempo para que empiecen a hidratarse. Esta fase puede tener una duración de mínimo 8 horas y máximo 48 horas. Después de 48 horas es recomendable cambiar el agua o bien moverlas a otro medio. Una tercera opción es añadir un par de gotas de lejía al agua, o agua oxigenada y así mantener las semillas en la misma agua.


Incluso si nuestra intención es hacer la geminación en otro medio distinto del agua, es recomendable igualmente poner las semillas de remojo para que la semilla se humedezca y se ablande la cáscara de la semilla haciendo más fácil que rompa la cubierta y emerja la raíz. El propósito de poner en agua las semillas es conseguir una mayor hidratación para acelerar y facilitar la germinación. Además de que la semilla necesita humedad, agua para absorber y así empezar a crecer, es más fácil que rompa la cáscara si esta está húmeda, reblandecida.



Fase 2. Esperando que asome la raíz. De 1 día a 10.  

Si decidimos hacer la germinación solo con agua tenemos que tener en cuenta 2 cosas, el primero que la temperatura sea más o menos constante, rondando los 20º.  La  segunda cosa es que debemos cambiar el agua pasadas 48 horas, o bien añadirle 1 gota de lejía o agua oxigenada para evitar la aparición de hongos o que se pudra la semilla. El agua oxigenada, H2O2 además de desinfectar aporta un extra de oxígeno . Ahora,  volviendo a lo simple, lo único que hace falta para germinar semillas es agua. Algunas personas utilizan agua destilada o agua de lluvia. El agua del grifo puede servir también dependiendo en la zona que vivas y como sea esa agua. Esto solo puede saberse después de medir el PH y la EC del agua, aunque si no tenemos los medios, probando también llegaremos a saber si es apta o no para la germinación. En principio el agua ideal es la que tiene una EC de 0.0 a 0.2 y un PH de 5.5 a 6.5. Estas son en general escalas válidas para una gran mayoría de las plantas de cultivo común.



Fase 3. Aparición y desarrollo de la plántula. De 10 días a 1 mes.

Esta fase puede decirse que va desde la aparición de los cotiledones hasta el comienzo del crecimiento vegetativo.

Una vez hemos completado con éxito la fase 1 y 2, podemos pasar a la fase 3 que es la que concluye la germinación y nos deja una plántula en donde había una semilla.

Los cotiledones son las primeras que aparecen en el brote que sale de la tierra. Todavía no son hojas reales, cumplen la función de almacenar energía para el desarrollo de la planta recién nacida. Crecen, se orientan a la luz y cuando su función finaliza, se caen. Los cotiledones forman parte de la semilla y cumplen la función de garantizar el tránsito de plántula a planta. Después de los cotiledones aparecen el primer par de hojas reales de la planta. En este punto podría decirse que la germinación está conseguida. 


germinación-germinar
Germinación conseguida!



Como hacerlo:

Fase 1. Poner las semillas en agua, dejarlas remojándose entre 8 y 48 horas. Mantenerlas con una temperatura ligeramente cálida y a oscuras.



Fase 2. Cambiar el agua y pasar las semillas al medio de germinación. De 1 a 10 días.

Podemos mantener las semillas en agua hasta la aparición de la raíz y después pasarlas al medio de cultivo. También podemos sembrarlas directamente en la tierra, con mucho cuidado para no dañar la raíz. O podemos usar algún medio en concreto para germinar como son cubos de lana de roca, jiffys de coco o de turba, ladrillos de coco, sustrato light, o especial para plántulas y semilleros o cualquier medio que tenga ningún o muy poco fertilizante. Sea cual sea nuestra elección es importante que el medio esté húmedo pero no saturado de agua. Si nos excedemos con la proporción de agua en relación al aire es muy probable que aparezcan hongos como la alternaria o podredumbre radicular.


Es muy habitual en esta fase utilizar papel de cocina o servilletas de papel húmedas puestas en un Tupper o entre dos platos o dentro de una bolsa de plástico cerrada y trasparente. Usando el método de la servilleta debemos asegurarnos que no se seca, pulverizando cada cierto tiempo si es necesario.



La idea es mantener la humedad constante durante todo el proceso. La propia semilla tiene almacenada toda la energía que necesita en su interior para la primera fase y segunda fase por eso lo ideal es conseguir un medio que no contenga nutrientes.  Si tiene, que sean los mínimos, para facilitar la germinación de las semillas y el nacimiento de las plántulas.



Fase 3. Siembra y aparición del brote.

Una vez asoma la raíz y está tiene un mínimo desarrollo podemos pasarla un contenedor provisional o plantarla directamente en la maceta definitiva. Lo más cómodo es plantarla en la maceta definitiva. Aunque para tener un mejor control del riego y el crecimiento es preferible un contenedor o maceta pequeño entre 0.20 y 1 litro de capacidad.




Si pasados unos días vemos que todavía las semillas no han germinado puede ser por varias causas. Suponiendo que las semillas sean viables, las causas más comunes son falta o exceso de humedad.  Es importante recordar que debe mantenerse una relación agua-oxígeno adecuada. O bien la temperatura es demasiado baja. También es posible que necesiten más tiempo. 

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