martes, 31 de marzo de 2015

Los macronutrientes y sus principales funciones

Macronutrientes primarios y secundarios

N, P, K, Ca, Mg, S  

En la nutrición de las plantas no deben faltar ninguno de los macroelementos primarios ni secundarios así como microelementos esenciales y deben estar presentes en la proporción adecuada. Los macronutrientes son consumidos por las plantas en grandes cantidades, mientras que los macronutrientes secundarios son tomados en cantidades menores que los anteriores.

Todos ellos tienen sus funciones. Son necesarios en la alimentación de la planta. La deficiencia de cualquiera de ellos ocasiona carencias que afectan de distinta manera al estado general de la planta, dependiendo del nutriente que falte y del grado de carencia.
De los 60 elementos químicos que constituyen las plantas, 16 de ellos son esenciales. De los 16, algunos son extraídos del aire en forma de CO2 o del agua. Estos son el carbono, el hidrógeno y el oxígeno. Dejando a parte la fertilización foliar y los tres elementos anteriores. Los restantes 13 son extraídos del suelo. Estos se dividen en macronutrientes y micronutrientes. Todos ellos son esenciales para el cultivo.


macronutrientes-suelo
Suelo y vegetación

Macronutrientes del suelo.

Los macronutrientes primarios son consumidos en grandes dosis por las plantas y los macronutrientes secundarios en menor proporción que los anteriores. Ambos son imprescindibles si se quiere cultivar plantas sanas y fuertes.

Macronutrientes primarios: 

Los macronutrientes son esenciales para el crecimiento y el buen estado de la planta en general. Los macronutrientes primarios son Nitrógeno (N) Fósforo (P) y Potasio (K)


N. Nitrógeno.
El nitrógeno es esencial para el desarrollo de la plantas desempeñando un papel fundamental en el metabolismo energético y en la síntesis proteínica. Es absorbido por la planta en forma de nitrato. Este macronutriente está relacionado directamente con el crecimiento de las plantas. Es imprescindible para la actividad fotosintética y la formación de clorofila. Interviene sobre todo en la parte aérea, la parte de la planta que queda a la vista. Promueve la
multiplicación celular y su deficiencia ocasiona una pérdida de vigor y de color. El crecimiento se hace lento y provoca la caída de hojas empezando por la parte baja de la planta.



P. Fósforo.
El fósforo interviene en el crecimiento de las raíces estimulando su crecimiento. En la parte aérea favorece la floración. Si bien en el periodo vegetativo también es necesario, es más en la etapa de floración. Interviene en el transporte y almacenamiento de energía mejorando el estado general de la planta y aumentando la resistencia a condiciones climatológicas adversas. El fósforo es esencial en la formación de compuestos orgánicos y la correcta realización de la fotosíntesis. Su carencia ocasiona una floración deficiente y tardía, aparición de tonalidades moradas y ondulación en las hojas y falta de vigor en general.


K. Potasio.
El potasio interviene en la regulación del agua y en el trasporte de las sustancias de reserva de las plantas. Aumenta la capacidad fotosintética, fortalece el tejido celular y activa la absorción de nitratos. Estimula floración y la síntesis de carbohidratos y enzimas. Esto a su vez proporciona un
aumento de la resistencia de las plantas a entornos desfavorables como bajas temperaturas y previene el marchitamiento. Por ello la carencia de potasio incide en una menor resistencia de las plantas a sequías y heladas o al ataque de hongos. Esta carencia da lugar a un desequilibrio de otros nutrientes como calcio, magnesio y nitrógeno, en las hojas aparecen manchas de color oscuro cuando el potasio escasea.


Macronutrientes secundarios: 

Los macronutrientes secundarios son también esenciales, aunque su consumo sea inferior en relación a los NPK o macronutrientes primarios. Los macronutrientes secundarios son Calcio (Ca) Magnesio (Mg) y Azufre (S)


Ca. Calcio.
El calcio se fija a las paredes de los tejidos de las plantas estabilizando la pared celular favoreciendo su formación. Interviene en el crecimiento y desarrollo de células. Mejora el vigor de las plantas activando la formación de raíces y su crecimiento. Contribuye a la retención de minerales en el suelo y a su transporte. Neutraliza las sustancias tóxicas en las plantas e interviene en la formación de semillas. Estabiliza y regula diversos procesos y su carencia ocasiona manchas amarillas y marrones en las hojas. Al mismo tiempo se ralentiza el crecimiento de la planta en general.


Mg. Magnesio.
El magnesio constituye el núcleo de la molécula de clorofila por ello es esencial para la fotosíntesis. Esto hace que sea un elemento imprescindible para el desarrollo. Promueve la absorción y transporte del fósforo. Contribuye al almacenamiento de azúcares dentro la planta. Realiza la función de activador de enzimas. Tiene la característica de activar más enzimas que cualquier otro nutriente. La carencia de magnesio da como resultado tallos débiles, pérdida de color verde en las hojas más viejas y aparición de puntos amarillos y marrones. Las venas de las hojas se mantienen verdes.

S. Azufre.
El azufre participa en la formación de la clorofila. Es necesario para la realización de la fotosíntesis. Interviene en la síntesis de proteínas y en la formación de tejidos. Es fundamental en la metabolización del nitrógeno mejorando su eficiencia. Actúa mejorando las defensas de la planta en general. La carencia de azufre no es frecuente, en caso de darse la planta se vuelve más clara, de color verde pálido. Se produce una clorosis general similar a la carencia de nitrógeno.

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sábado, 21 de marzo de 2015

Como germinar semillas

Como germinar semillas y empezar el cultivo


Antes de ver como germinar semillas es importante comprender que factores intervienen en la germinación de semillas y cuales son las mejores condiciones para lograrlo. La germinación es el paso de una semilla en estado latente a uno activo, proceso que da lugar al nacimiento de una planta.


El proceso en sí es bastante simple con las características ambientales adecuadas. El primer paso debe ser la humectación de la semilla. Al ponerla en agua o en un ambiente húmedo, la semilla empieza a absorber agua a través de la corteza seminal, es decir de la cubierta o cáscara. Esto conlleva un aumento de volumen que a su vez permite que se rompa la cubierta que la protege y emerja una pequeña raíz que es la encargada de comenzar el asentamiento de la futura planta en la tierra o en el medio que la tengamos. Esto permite que se empiece a desarrollar la raíz y posteriormente el tallo o brote inicial.



La rapidez del proceso depende de varios factores entre los principales están, la edad y viabilidad de la semilla, la humedad y la temperatura. La viabilidad de la semilla representa el poder germinativo de la misma, está directamente relacionada con la edad y su estado de conservación. En general puede decirse que cuanto más tiempo tenga la semilla, menos viabilidad. Aunque en condiciones adecuadas de almacenamiento pueden mantenerse viables varios años, incluso décadas. 


La humedad es el factor más importante en la germinación, pues sin humedad no es posible, aunque el resto de parámetros sean correctos. 


La temperatura es el activador de la germinación junto con la humedad. Con la temperatura adecuada los procesos internos se aceleran, dando lugar a germinaciones rápidas y sin problemas. Resumiendo el proceso estos tres parámetros son los más importantes para conseguir que las semillas prendan y empiece la vida en su interior.



Para conseguir la activación de las semillas, es decir, que germinen y que estas pasen a ser pequeñas plantas, conocidas con el nombre de plántulas, podemos usar varios métodos de conseguirlo. Los tiempos son orientativos pues dependen de muchas variables como el tipo de planta, la genética, la temperatura, la humedad relativa, la viabilidad y el vigor de la semilla entre otros.



viernes, 13 de marzo de 2015

Como elegir la mejor maceta para el cultivo



Las macetas y sus características 

Cultivar en maceta, un cultivo adaptado


La elección de macetas es un factor de vital importancia en el desarrollo y mantenimiento de las plantas. Al estar limitadas únicamente a la tierra o sustrato que les pongamos, deberían encontrar ahí toda el agua y nutrientes que necesitan. En la naturaleza las raíces se extienden cuanto pueden buscando alimentos y agua, en la maceta o contenedor pasa lo mismo, solo que el límite es el volumen de la maceta. 

Este es un factor limitante para el crecimiento de la planta, sirva como ejemplo el cultivo de bonsáis, árboles que viven y se mantienen con muy poca tierra. En ese caso el objetivo es justo limitar el crecimiento. Si por el contrario pretendemos conseguir un buen crecimiento y desarrollo de nuestras plantas, deberíamos asegurarnos que no les falte, agua, comida y un mínimo de espacio para las raíces. Esto obviamente es más fácil de conseguir con macetas grandes que pequeñas. Las macetas más grandes permiten un mayor almacenamiento de agua y de nutrientes. Además, como es lógico repercute en el tamaño de la planta, tanto en la parte subterránea como en la parte aérea, y por extensión, en los frutos, flores o cosecha que puede dar cuando llegue el momento.

jueves, 5 de marzo de 2015

Como preparar el sustrato para el cultivo

Antes del cultivo, prepara el sustrato.


El sustrato es la elección más importante para el cultivo casero en macetas, así como las especies que vamos a cultivar. Si ya te has decidido a cultivar,  tienes las semillas o esquejes, ya tienes que cultivar. Ahora lo siguiente debería ser la elección del lugar de cultivo y el sustrato más adecuado para llevarlo a cabo consiguiendo los mejores resultados.

Tanto si cultivas en suelo como si cultivas en maceta, puedes usar sustrato para mejorar las condiciones de cultivo. En el caso del suelo puedes cavar un hoyo y rellenarlo con sustrato, permitiendo así controlar mejor nuestro cultivo casero, independientemente  del suelo que dispongamos. Después seguirá desarrollando las raíces hasta llegar al suelo que sea, con la composición característica del emplazamiento escogido.



Si el cultivo vas a hacerlo en maceta, utilizar un buen sustrato es fundamental. Probablemente es lo más importante para obtener buenos resultados con nuestro cultivo casero. Un buen sustrato debería tener una serie de características para garantizar un buen desarrollo de las raíces, y por lo tanto de la planta. Es el medio donde vive la planta, por eso deberíamos intentar que sea el adecuado. 


sustrato-sacos
Sustrato para cultivo en exterior

Diferentes plantas tienen diferentes necesidades.

Entre otras cosas deberíamos asegurarnos que el sustrato que compramos es adecuado para las especies que queremos cultivar.
La mayoría de las plantas, las más comunes, se adaptan bien a los sustratos comerciales, denominados universales. Son un buen punto de partida por precio, por facilidad de adquisición y por oferta existente. Es cuestión de ir probando hasta encontrar uno que funcione bien para nosotros. No se trata de que sea mejor o peor ni más caro o más barato. Sea cual sea:

- Debería retener humedad, aunque no demasiado.
- Garantizar que las raíces puedan desarrollarse fácilmente.
- Mantener una buena relación oxígeno-agua.
- Tener los nutrientes necesarios para el tipo de planta.
- Y un Ph y EC adecuado al cultivo que vamos a mantener en él.


Es siempre recomendable que la tierra esté suelta antes de usarla para el cultivo. Esto se consigue fácilmente deshaciendo con la mano trozos de sustrato compactados. Haciendo esto nos aseguramos que toda la tierra empleada puede ser utilizada por la planta. También es recomendable no apilar los sacos uno encima de otro por esta misma razón, para evitar que quede prensada y el trabajo posterior de soltarla manualmente.



En cuanto a optimización del sustrato, a parte de procurar que la mezcla esté suelta, sin compactaciones, podemos añadirle componentes si creemos que la mezcla resultante será mejor.
Entre los más conocidos y utilizados están la perlita, el coco, la arlita, la vermiculita, la dolomita, el humus de lombriz, el guano de murciélago y micorrizas, entre otros.

La perlita normalmente está presente en los sustratos universales, comerciales. Es un compuesto mineral inerte, ligero, estable, normalmente neutro, y de color blanco. Se utiliza para conseguir una mayor aireación, y mejorar la relación oxígeno-agua. Al añadir perlita, también aumentamos la retención de agua, y por lo tanto de nutrientes. Aunque suelen incorporarse en las mezclas, como anuncian los sacos y catálogos, la proporción de perlita a veces puede resultar algo escasa. En una proporción por debajo de un 5%  los efectos de la perlita son prácticamente inexistentes. Por eso podemos añadir más si queremos, comprándola suelta en cualquier centro de jardinería, vivero o tiendas que vendan accesorios para jardinería. 


Otra de las cosas que podemos añadir a la preparación del cultivo en macetas es sin duda arlita
La arlita son unas bolas de arcilla de color anaranjado que se usan para el fondo de las macetas. Esto representa una mejora para el cultivo casero pues aumenta el drenaje y evita que las raíces queden encharcadas. El uso de arlita en el fondo de la maceta o contenedor repercute positivamente en el desarrollo y mantenimiento de las plantas. Al igual que la perlita, apenas pesa, ambos son materiales livianos. La arlita además es fácilmente reutilizable. Es recomendable lavarla con agua antes de usarla. Puede ponerse de remojo y aclararla, después de esto está lista para ser utilizada.